Lectura: Juan 10: 1-15
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En los tres Salmos de los últimos tres mensajes hemos visto al verdadero Pastor, que murió, resucitó y regresará. . En este capítulo 10 del Evangelio de Juan, Jesús es el pastor legítimo, que entra por la puerta del redil. Los fariseos, que le resisten, se llaman ladrones y salteadores. Su intención es mantener cautiva a la manada y explotarla para su propio beneficio. Cuando alguien decide seguir a Jesús, como hizo el ciego después de ser sanado, es expulsado y perseguido por falsos pastores.
A diferencia del verdadero Pastor, que va delante de las ovejas y es seguido espontáneamente por ellas, los falsos pastores tocan sus ovejas, como es costumbre con el ganado. Los cargan con cargas de reglas que ellos mismos no serían capaces de llevar. Sus ovejas no las siguen por gratitud por haber sido salvas y liberadas de sus pecados, sino por temor al castigo, como fue el caso de los padres del ciego que fue sanado. No son personas atraídas por la voz del verdadero Pastor, sino aprisionadas por el terror de las amenazas de falsos guías. Una oveja de Jesús sabe que su Pastor no lo conducirá por un camino que él mismo no ha recorrido.
Su sentimiento no es el encarcelamiento sino la libertad. Después de todo, Jesús prometió: "él que por mí entrare , será salvo; y entrará y saldrá, y hallarás pastos ... Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia" ( San Juan 10:9,10) Una oveja de Jesús no se convierte en oveja por seguirlo. Ella lo sigue porque es una oveja, es una naturaleza que recibió cuando nació de nuevo. Dios le da la habilidad de discernir la voz del verdadero Pastor y huir de lo falso. Las ovejas de Jesús " y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños" (San Juan 10:4,5). La diferencia entre Jesús y los falsos pastores es que Jesús, siendo rico, se hizo pobre por causa de sus ovejas.
Lo dio todo por ellos, incluida su propia vida, sin pedir nada a cambio. Los falsos pastores, a su vez, al ser pobres, quieren enriquecerse a costa de las ovejas. Por eso, en este capítulo, se les llama mercenarios. El diccionario define mercenario como alguien que hace cosas solo interesado en el dinero. En el capítulo 3 de 2 Timoteo encontramos la condición de la cristiandad en los últimos días, es decir, hoy. Allí vemos a hombres egoístas y codiciosos, interpretando el papel de Jannes y Jambres, los magos del faraón que imitaron los milagros que Dios realizó a través de Moisés. Avaro significa obsesionado con el dinero. En los próximos 3 minutos Jesús da algo que nadie podría quitarle y lo hace por su propia voluntad.