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Lectura: Filipenses 2:6-11
Para entender lo que dice Juan capítulo 13 versículo 3, que Jesús “había salido de Dios, y a Dios iba,” , mira lo que Pablo escribió a los filipenses: “Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,” ( Filipenses 2:5-6). Otra traducción dice "no tuvo por usurpación el ser igual a Dios" . ¿Qué significa?
Jesús fue, es y siempre será Dios en todos los aspectos de Su Persona. Este es el significado de ser iguales. Pero es necesario distinguir entre la persona y el puesto que ocupa. Para salvarnos, Jesús no consideró que su posición en la gloria era algo a lo que no podía renunciar. Dejó así el puesto que ocupaba, sin dejar de ser quien siempre fue: el “Dios verdadero”, como dice Juan en su epístola (1 Jn 5:20).
Al llegar a casa, un policía se quita el uniforme, despojándose de su cargo oficial sin perder su naturaleza humana. Al venir al mundo como hombre, Jesús se despojó de su posición exaltada para asumir la posición de siervo, pero sin perder su naturaleza divina.
Si lees el clásico "El príncipe y el mendigo" entenderás que el príncipe nunca dejó de ser quien fue. Solo descendió momentáneamente de su posición real cuando cambiaba de ropa con un mendigo. Al asumir la posición de mendigo tuvo que someterse a las autoridades que antes estaban bajo su mando.
Es por eso que vemos a Jesús decir, en el capítulo 14 del evangelio de Juan, "el Padre es mayor que yo" (Juan 14:28), pero en el capítulo 10:30 dice; "Yo y el Padre uno somos" . Al asumir el papel de hombre, Jesús, el Hijo eterno, permaneció durante treinta y tantos años en una posición jerárquica inferior al Padre, pero sin dejar de ser Dios. Sólo asumiendo la condición humana pudo descender a la muerte en lugar del pecador.
Así que, el pasaje de Filipenses continúa diciendo que Jesús “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” ( Filipenses 2:7-8).
Nota que el que salió de Dios bajó 7 escalones: (1) no se mantuvo en su posición, (2) se despojó a sí mismo, (3) tomó forma de siervo, (4) fue hecho a semejanza de hombres, (5) se humilló a sí mismo, (6) fue obediente hasta la muerte, y (7) muerte de cruz. Luego, volviendo a su posición original en la gloria, ahora como Dios y Hombre, lo vemos ascender 7 escalones:
“(1) Dios lo exaltó hasta lo sumo, (2) y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla, (3) en el cielo, (4) en la tierra, y (5) debajo de la tierra, y (6) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, (7) para gloria de Dios Padre . ”
En los próximos 3 minutos vamos a hablar un poco del agua.
