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#131 Gracia y verdad


Lectura: San Juan 1:17-18
Cuando Dios se manifestó a Moisés en el Monte Sinaí para entregarle la ley, los diez mandamientos, la escena era aterradora. toda la montaña humeaba. Los rayos marcaban el cielo y los truenos hacían temblar las rocas. Quien se atrevía a tocar el Monte sería inmediatamente muerto. Mientras tanto Dios escribía su ley en tablas duras, literalmente de piedra.

Tal vez una imagen de un Dios severo así no te agrade, que piensas que Dios debe ser todo amor. Pero la ley de Dios, que pedía con rigor una vida correcta, revela que la justicia de un Dios Santo no puede tolerar el pecado. Y si no te gusta la idea de un Dios airado, ¿cómo te sentirías si supieras que tu hija de tres años fue molestada por un pedófilo? Si tú que eres pecador e imperfecto, te sientes indignado ¿por qué crees que un Dios Santo, perfecto y justo no puede sentir lo mismo?

Los mandamientos de la ley de Dios revelaron la justicia de Dios, pero no daban al hombre la fuerza para vivir según la ley. La ley sólo tenía el poder de condenar. La ley te hace sentir como un chofer de un enorme camión atascado en una calle estrecha y mirando la señal de sentido contrario. Nada puedes hacer sabiendo que eres un transgresor de la ley, y no tienes el poder de maniobrar tu camión.

En el Antiguo Testamento Dios se reveló en la justicia. En Cristo, Dios se reveló en gracia. A diferencia del Monte Sinaí humeante, cualquier persona podría tocar a Jesús sin ser consumido. Usted siempre verá un contraste entre el modo de tratar al hombre según la ley del Antiguo Testamento y tratar al hombre según la gracia revelada en Jesús. La ley condena; la gracia perdona. La ley requiere que el hombre sea justo; la gracia justifica al hombre. La ley exige buenas obras; la gracia exige fe. La ley bendice al bueno; la gracia salva al impío. La ley espera que recibas las bendiciones con mérito; La gracia es un favor inmerecido. No es de extrañar el Antiguo Testamento termina con la palabra "maldición" y el nuevo testamento con la palabra "gracia".

Pero gracia sólo podía tener efecto, porque Jesús, el único que anduvo al 100% según la ley, quiso recibir en si la condenación que la ley requiere para aquellos que incumplan: la muerte. al morir en la cruz como sustituto del pecador, recibiendo el juicio de Dios, Jesús cumplió la condena que había sido dado para el pecador. El que cree en Cristo es como si ya hubiese sido condenado. Ahora la gracia puede manifestarse sin infringir la justicia. Pero no sólo fue la gracia que fue manifestada en Jesús. La verdad no sólo estaba en él, sino que él mismo es la verdad, por lo que nunca encontrarás la verdad si no tienes un encuentro con Jesús.

Al creer en Jesús eres perdonado de todos tus pecados y justificado o tenido por justo a los ojos de Dios. El perdón es como si Dios le dijese: "Ok, puede irse". La justificación es como si dijere: "Ok, puede venir". El perdón es como si el juez abriera la puerta de la celda para liberarte. Justificación es como si él le daría un certificado de integridad y virtud. Todo eso se resume, en una palabra: salvación. En los próximos 3 minutos conozca el Cordero que quita el pecado del mundo.


Autor: Mario Persona
Traducción y Narración: David Cristhian

Mario Persona es un orador y consultor de comunicación, marketing y desarrollo profesional www.mariopersona.com.br . No tiene formación ni título eclesiástico y no está vinculado a ninguna denominación religiosa, congregándose desde 1981 solo al Nombre del Señor Jesús. Este mensaje originalmente no contiene publicidad. Algunos sistemas para enviar correos electrónicos o RSS generalmente agregan mensajes publicitarios que pueden no expresar la opinión del autor.

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