Lectura: Juan 14:7-9
Si usas anteojos, ya debes haberlos buscado sin darte cuenta de que estaban justo en tu nariz. Este es el caso aquí, cuando Felipe le pide a Jesús: “Señor, muéstranos al Padre” (Juan 14:6). Ciertamente se olvidó de lo que Jesús dijo anteriormente: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Hoy todo cristiano auténtico sabe que hay un solo Dios en tres Personas distintas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— y que Jesús “es la imagen del Dios invisible” (Col 1:15).
Seguro que conoces expresiones como “de tal palo tal astilla” o “de tal padre, tal hijo” . También debes haber identificado al hijo de un amigo solo por su forma de ser. Aunque no fueran físicamente idénticos, la forma en que hablaban, miraban, caminaban y actuaban revela el parentesco. Las palabras de Jesús a Felipe tienen un tono de reproche: “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14:9).
Para nosotros hoy, hablar de Dios como Padre puede parecer algo común, pero en ese momento nunca se le hubiera pasado por la cabeza a un judío tratar al Creador con tanta intimidad. Hoy en día usamos expresiones como “Yo también soy hijo de Dios”, aunque bíblicamente solo es cierto para aquellos que han nacido de nuevo por la fe en Jesús. Para otros, Dios sigue siendo sólo su Creador.
En el Antiguo Testamento se encuentra solo ocho veces a Dios siendo llamado “Padre”, y sólo en el sentido de Creador o cabeza del pueblo de Israel. En el Nuevo Testamento este término aparece 272 veces con un sentido de intimidad que los judíos consideraban irrespetuoso e incluso blasfemo. A veces Jesús usa la palabra "Abba", de la misma manera que la usaban los niños, hoy en día es algo así como "papá" .
Felipe quiere ver al Padre y tener una relación íntima con Dios, sin darse cuenta de que el Hombre de carne y hueso que está frente a él, es uno con el Padre. En la carta a los Hebreos, Jesús es descrito como “la imagen misma” de Dios (Heb 1:3). Conocer a Jesús es conocer al Padre. Felipe había pasado tres años con Jesús sin darse cuenta de que Jesús y el Padre son uno y el mismo Dios. Y tú, ¿cuánto sabes de Jesús?
Pero ved cuán interesante es la segunda parte de la pregunta de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta” (Jn 14,8). Tú y yo hicimos una petición como, "Señor, haz esto, porque eso es todo lo que quiero". Aquí hay un hombre que tiene la compañía de Jesús todo el tiempo y todavía piensa que solo será feliz si tiene algo más. muchas veces me encuentro insatisfecho porque pienso que hay algo más que Jesús puede darme o revelarme.
¡Pero qué tonta insatisfacción es esta! Si has visto a Jesús con los ojos de la fe, has visto al Padre. ¡Si tienes al Hijo de Dios, tienes al Padre! La cuestión es saber si has nacido de nuevo para poder llamar a Dios “Padre” y vivir satisfecho, como el salmista que dice: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” (Sal 73:25).
En los próximos 3 minutos, ¿será que creerás en Jesús?
