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Lectura: Juan 13:35
El amor es tan antiguo como Dios mismo: es eterno, siempre lo ha sido y siempre lo será. El amor es parte de la esencia de Dios. El apóstol Juan afirma en su primera carta que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Pero, ¿Cómo podría existir el amor antes que todas las cosas? ¿Cómo podría Dios amar cuando todavía no había nadie a quien amar?
Aquí es donde entra la Trinidad, esta palabra se usa para explicar que Dios es uno, pero en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este único Dios en tres Personas se puede ver claramente en el libro de Génesis. Allí Dios es llamado Elohim , la palabra hebrea en plural, y al crear a Adán, Dios habla en plural: “Hagamos al hombre…” (Génesis 1:26).
En Juan 17, Jesús el Hijo le dice al Padre: “...me has amado desde antes de la fundación del mundo…” (Juan 17:24). Este amor ya se ejercía en el seno de la Trinidad cuando no existía ni el tiempo ni la materia. En la Biblia se encuentran expresiones como “el Padre mismo os ama…” (Juan 16:27), “Cristo amó a la iglesia” (Efesios 5:25) y “...el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:5).
Además, al ser Omnisciente y Omnipresente en el tiempo y el espacio, Dios pudo amarte incluso antes de que existieras. Si preguntas cuándo Dios comenzó a amarte, la respuesta correcta es “nunca” . Nunca empezó a amar, porque siempre amó. Como no hay palabras para expresar la magnitud de este amor, Juan dice que “de tal manera amó Dios al mundo” (Juan 3:16). El mundo son las personas, y se usan las expresiones “tanto” o “de tal manera” porque es imposible cuantificar este amor.
Por lo tanto, a menos que creas en Jesús como tu Salvador, nunca comprenderás el verdadero significado de un amor que no tiene principio ni fin, porque es eterno. La primera carta de Juan dice que amamos a Dios “porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). ¿Cómo puedes decir que amas a Dios si no has experimentado ese amor creyendo en Jesús?
Al hablar de este amor, Juan dice que “el amor es de Dios” y “Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” (1 Juan 4:7). Esto equivale a decir que si aún no has nacido de nuevo -si aún no has nacido de Dios- solo puedes amar con diferentes formas de amor natural, como el de madre, el fraterno o el erótico. Nunca sabrás lo que es amar con el amor que es derramado por el Espíritu Santo, en el corazón de aquellos en los que mora.
Y Juan va más allá, escribiendo que “el que no ama [con este amor de Dios] no ha conocido a Dios” (1 Juan 4:8). Cuando nazcas de nuevo y seas salvo por Jesús, disfrutarás de los beneficios de ese amor, como la seguridad eterna. Pero digamos que incluso después de que te conviertes todavía tienes miedo de ser condenado. La Biblia dice que “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18).
En los próximos 3 minutos, Jesús arroja “un baldazo de agua fría” sobre la autoconfianza de Pedro.
