Cuenta la leyenda que, en el siglo 16 el explorador español Juan Ponce de León viajó al nuevo mundo en busca de la fuente de la juventud. Él creía que si bebía de esa agua ganaría la inmortalidad. ¿Si fueras Ponce de León, beberías de esa agua? Yo no. En el jardín del Edén, Adán y Eva desobedecieron una orden de Dios y comieron el fruto del “árbol del conocimiento del bien y del mal" (Gén. 2:16-17; 3:1-7). Por dudar de la bondad y la fidelidad de Dios, ellos cayeron en la conversación de Satanás y se dejaron engañar por los deseos de la carne, los ojos y la soberbia. Dejaron de hacer la voluntad de Dios para hacer su propia voluntad, y esto les hizo pecadores mortales y separado de Dios. Después de anunciar las consecuencias del pecado, que aparte de la muerte incluía todas las dificultades y sufrimientos de la humanidad, Dios prometió enviar a alguien para morir y vencer a Satanás. Luego vistió a la pareja con un traje de la piel de un animal, un ser vivo e inocente muerto para cubrir a los seres humanos culpables. Anunciando de que un día un hombre inocente moriría para salvar al pecador. Dios expulsó a los dos del jardín del Edén antes que comiesen del fruto del otro árbol, el "árbol de la vida" (Gén. 3:22-24) y vivir para siempre en condición de pecadores. ¿Desearías vivir para siempre con el mismo cuerpo y en el mismo mundo en que vives hoy? Inmortalidad en un cuerpo sujeto al dolor, enfermedades y la mutilación, no es bendición, es maldición. Por un acto de misericordia Dios no permitió que Adán y Eva permaneciesen en el jardín del Edén. La vuelta sólo sería posible a través de un querubín con una espada encendida que Dios colocó para guardar la entrada del jardín. Pero pasar por esa espada era muerte segura. La buena noticia es que Jesús pasó por la espada encendida del juicio de Dios, murió, resucitó y ahora quiere darte vida eterna. El árbol de la vida en el Edén era una figura de Cristo, el único que tiene vida en sí mismo, un atributo divino. De eso habla en el evangelio de Juan 5:26. Al nacer has recibido de Dios una vida con fecha de vencimiento, porque eres descendiente de Adán y pecador. Al creer en Jesús recibes la vida eterna y el derecho a un cuerpo transformado o resucitado cuando él vuelva. ¡Morir, nunca más! ¿Qué tipo de vida te gustaría tener? ¿Una vida sin Dios, unido a un cuerpo imperfecto y arruinado, o la vida eterna que está en Jesús, en un cuerpo resucitado y perfecto como de Él? El apóstol Juan escribe en su primera carta: "Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su hijo. El que tiene al hijo, tiene la vida; el que no tiene al hijo de Dios, no tiene la vida ". (1 Jn 5:11-12) Es así de simple. Si tienes a Jesús, tienes vida eterna. Si no tienes Jesús no tienes vida eterna. ¿y si mueres? Hablaremos de eso en los próximos 3 minutos.
Este sitio no tiene fines de lucro, el autor Mario Persona es un consultor y orador empresarial que en su tiempo libre habla de Cristo sin pedir dinero. No está conectado a ninguna denominación u organización religiosa. Se congrega solo al nombre del Señor fuera del sistema denominacional.
Los textos y videos en este blog pueden usarse libremente como devocionales y también como modelos para preparar sermones, predicar el evangelio y estudios bíblicos.
Mario Persona es un orador y consultor de comunicación, marketing y desarrollo profesional www.mariopersona.com.br . No tiene formación ni título eclesiástico y no está vinculado a ninguna denominación religiosa, congregándose desde 1981 solo al Nombre del Señor Jesús. Este mensaje originalmente no contiene publicidad. Algunos sistemas para enviar correos electrónicos o RSS generalmente agregan mensajes publicitarios que pueden no expresar la opinión del autor.
Regístrate para recibir mensajes con nuevos videos!
Nunca compartiremos su correo electrónico con terceros.